viernes, 13 de diciembre de 2013

Tiempo

Feliz viernes 13... Y es que ya ni las fechas malditas son tan malas, seamos positivos, que es viernes. Últimamente la gente se piensa que estoy dejando de lado algo, que me da todo igual. Al revés, me importa todo mucho, demasiado, y ojalá aprendiese a tomarme las cosas menos en serio. Simplemente quiero buenos comienzos (en todos los aspectos que giran alrededor de mi vida) y que el pasado se quede donde siempre tiene que estar, que es atrás.

A mi ya me advirtieron que el tiempo pone las cosas en su sitio, pero, ¿cuándo va a llegar ese tiempo? ¿Cuándo, cuándo, cuándo? De verdad, ¿cuándo? Soy muy impaciente lo sé, la palabra paciencia no existe en mi diccionario personal, ya había otras muchísimas palabras que me caracterizaban mejor (positiva o negativamente) como para tener la palabra paciencia en él. Puestos a enfocarnos en ella, no sirve para nada. Y tiempo, necesito tiempo, tiempo para curar, tiempo para ver a gente, tiempo para charlar, para reír, para disfrutar, para pasármelo bien, pero no dispongo de él, y sé hacer muchas cosas pero magia no es una de ellas. Quiero tiempo, ¿sabéis dónde puedo adquirir un frasquito de él? Uno pequeño, tampoco gran cosa, lo justo y necesario. Lo peor es darse cuenta de las cosas cuando ya nada se puede hacer.

Más. Sí, queda justo una semana para que me den las vacaciones de Navidad, y me encantaría ser de esas personas a las que la Navidad les encanta, y son súper felices cantando villancicos y pidiendo el aguinaldo, y ese tipo de cosas chorras que hace la gente en esta época. Pero a mi no. La detesto. En serio, me siento súper Grinch. Odio la Navidad. Sí, poner el árbol de Navidad con mis hermanos es motivador, os lo aseguro, pero me gustaría saber qué tipo de droga alucinógena se inyecta la gente en vena desde el 20 de Diciembre al 7 de Enero. Porque yo veo la misma falta de dinero en el país, soy consciente del mismo número de parados, de las injusticias de los gobiernos, de doctrinas que se aprueban así porque sí, del hambre en el mundo y de lo ricos que son otros mientras son capaces de llevar un anillo de dos millones de dólares mientras en Zimbawe se pelean por una mísera gota de agua. Que no, que Melendi cantaba "la Navidad la ha inventao' El Corte Inglés", e inventada por la cadena catalana o no, es repugnante. No por cantar Blanca Navidad soy más feliz. Que parece que en esos días nos encanta, e incluso yo puedo hacer acopio de olvidarme un poco, entre lo que bebes (ojo... Y lo que comes...), que estás con la familia, risillas por aquí, gambita por allá, champagne por acá... Pero el mundo sigue siendo el mismo. Ah, y a todo esto le añadimos el sorteo navideño televisivo de las películas de siempre: Solo en casa, Jack Frost y el arsenal de Richard Gere. El anuncio del Rey, el de la lotería (no voy a hablar del de este año porque me puede dar un síncope si vuelvo a imaginarme a la Caballé y a Raphael...) y el de Freixenet. Pues, bueno, puestos a elegir, yo prefiero El Grinch. A ver, que no es que odie el conjunto, que lo que odio es la gente en Navidad con su eslogan de "qué maravilloso es el mundo y qué felices somos estos días". Y es que, cuanto más se acerca, más enferma me pongo. ¿Cómo vas a ser feliz en Navidad? Dios, yo soy feliz en verano, con ropita fresquita, con sandalias y au, y no una camiseta térmica y dos jerséis de cuello vuelto, con mallas con forro interior y si se tercia un vaquero encima, y unas botas con dos pares de calcetines... Y abrigo y bufanda y guantes y orejeras y gorro, y eres el icono de Michelín, y súmale un bolso, de esos enormes que llevamos las mujeres que es como el de Mary Poppins (pero sin el como), que llevamos de todo...!! Pero Dios, por favor, si es que, el invierno es la época más anti-morbo del mundo. Me enrollo y me desvío. Que no sé a qué viene esa actitud de felicidad innata y que todos debamos tener un carácter como si acabásemos de salir de los Osos Amorosos, (yo no pasaría ese casting, obviedad obvia, soy anti-cariños). Que el mundo, en concreto nuestro país, HOLA ESPAÑA, está en decadencia. Y si te quieres olvidar, ¡perfecto! Repito, ojalá fuese yo capaz de hacer eso, o no, porque me parece hipocresía pura y dura, lamentablemente, no sirvo para eso, pero, de verdad, el 7 de Enero seguiremos igual. Es más, ¡peor! Que viene la cuesta de Enero y sube la luz, el agua, el transporte, ah no, que este año "se han recortado" en lo de subir el transporte, ¡qué gracia, que yo tenga que decir que ellos son los que se recortan!

Este mundo no es justo. Nadie dijo que lo fuese. Y aún así, ¿quién establece los límites entre lo justo y lo injusto? ¿El Gobierno? Porque me quedo patidifusa y puedo ser víctima de un ataque de risa en este mismo momento. Ojalá me diese. Nos hemos acostumbrado a nada. Pero el problema es que todos tenemos preguntas sin respuesta. Respuestas que soplan en direcciones opuestas.

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