lunes, 25 de noviembre de 2013

Realidad

El viernes, 15 de Noviembre, abrí este blog. No escribí nada y lo lamento porque, me encontraba en una situación completamente distinta a cómo me siento ahora.

Seguramente encontrarás personas a lo largo de tu vida que te hagan sentir lo que jamás habías sentido antes, que te cubran de flores y palabras preciosas, que te digan lo que jamás habías escuchado. Y que te engañen. Que te mientan mientras tú esperas en casa una llamada, un Whatsapp, que te arregles durante una hora y luego te quedes colgada, que te den las siete de la mañana esperando saber algo y pensando que no le haya pasado nada. Que lo arregle al día siguiente y tú creas a pies juntillas todas y cada una de sus palabras. Porque necesitas creerle, porque quieres creerle.
Siento no haber hecho caso de mi instinto, siento o haber escuchado a toda la gente que me decía que era un error, siento no haber visto nada... Pero no hay peor ciego que aquel que no quiere ver. Siento no haber escrito por Facebook cuando pensaba que algo no marchaba bien. Siento no haberme retirado a tiempo. Y quizá hoy, sería muchísimo más feliz.

El tiempo lo cura todo, no hay mal que cien años dure, sabe más el diablo por viejo que por diablo. Lo siento. Siento haberme rebajado así, esperando llamadas hasta las tantas de la mañana, siento haber suplicado un perdón. Siento haberme sentido una mala persona. Porque no lo soy, porque estoy orgullosa de la persona que soy a día de hoy, gracias a mi familia, gracias a mis amigas y amigos, que incluso a cientos de kilómetros son los primeros que intentan sacarte la sonrisa o hacer un envío por Seur. Gracias de corazón, porque sin todos y cada uno de ellos no sería quien soy hoy (o lo que me considero). Estoy rodeada de gente maravillosa que me quiere y que me apoya en cada situación de mi vida, gente que se preocupa por mí, gente que me aporta y me demuestra al igual que yo espero que sientan lo mismo de mí.

Llevo… Anclada desde hace mucho tiempo, y creo que también, con 23 años tengo que empezar a ser un poco egoísta y dejar de lado esta empatía con la que nací. Debo quererme un poco más y, aunque saco y doy todo lo posible, quizá debería reservarme un poco más para no volver a fallar, como llevo haciendo consecutivamente desde 2007. Las corazas de las personas se crean por miedos a que seamos dañados, a que nos lastimen, miedo a tener heridas que cuesten cicatrizar y poner tiritas sobre la herida abierta una y otra vez. Pero, cuando el sentimiento es de verdad, la coraza cae por su propio peso (como las mentiras). La coraza se desvencija y da igual el daño anterior. Una coraza no debe quitarse porque te sientas presionada a hacerlo. Ese es uno de los primeros síntomas.

Así que, hoy que me siento fuerte al menos para escribir, hoy 25 de noviembre, sí que ha terminado el verano, al menos para mí. Y creo, que, a pesar de lo que he podido llorar, de lo que he podido sentir, de lo que me he clavado las uñas en la palma de las manos de la rabia y la impotencia por lo ultrajada, engañada y sucia (sin razón, porque es lo que me han hecho sentir), nunca he estado tan feliz de que llegase el invierno. Mira, como en A3MSC… “y al final, llega el puto invierno”.  Feliz, porque, no quiero personas así en mi vida, que mientan de semejante manera a todo el mundo. Porque hay personas que no valen como pareja, pero mentir vilmente a tus amigos de ese modo, no tiene nombre. No, directamente no tiene nombre todo lo que llevas haciendo desde que te conozco, y lo que no sabré, y prefiero no saber absolutamente nada. Porque las personas podridas, no brindan nada, únicamente dolor a todos los que le rodean. Toda mujer, perdón, corrijo, toda persona, se merece alguien que le quiera a todas horas, que se beba hasta el mar, que sea una persona en la que puedas confiar sin dudar un ápice de sus palabras.


Ahora, personalmente: piensa en lo que haces. No te deseo ningún mal, ni ahora ni nunca, porque yo no soy así. Pero, de verdad, es muy fácil hacer las cosas bien. Ninguna persona se merece esto y menos las que demuestran por ti. Tú decías que nosotras debíamos cambiar, pero… Creo que el que tiene un gran problema de personalidad eres tú, que el que es bipolar y tiene que cambiar… Eres tú. Porque cuando seas feliz contigo mismo (cosa que ya, es muy difícil a tu edad, la que, por cierto no demuestras para nada), verás que lo más grande que hay es hacer feliz a las personas. No es difícil, pero si no te quieres ni tú mismo, porque eso se refleja en cómo nos dices a los demás hundiéndonos con palabras (chantaje emocional o maltrato psicológico, no sé qué definición me gusta más o cuál te define mejor) lo que somos cuando eso lo eres tú. No le hagas eso a las personas, nadie se merece esto, ninguna chica lo merece y menos una MUJER  encantadora, guapa, lista que te ha soportado durante tantísimo tiempo y lo que habrá callado. Cuida a tu familia y a tus amigos, “aquellos que darían la vida por ti”. El físico… El físico no es nada: preocúpate de ser buena persona, de tu alma, porque el físico será igual cuando todos tengamos 80 años. Viejos y pellejos, pero el interior es lo que cuenta. Quizá deberías haber visto más “La Bella y la Bestia”.

Y aquí acabo y cierro con un punto y final esta corta e intensa etapa de mi vida, la cual anoche pensé que ojalá nunca hubiese existido, pero mi padre fue capaz de levantarse de la cama y traerme un par de onzas de chocolate y recordar que todo pasa por algo en la vida, que de los errores se aprende, que esta vida es como aprender a andar: que tropezamos una y otra vez con la misma piedra, caeremos y nos levantaremos. Y es que a mí, el suelo ya no tiene nada más que ofrecerme, así que, me levantaré, con la cabeza bien alta como me enseñó mi abuelo y con la mejor sonrisa que pueda sacar aunque por dentro el corazón grite de rebeldía. Sí, rebeldía, soberbia y mal genio, de eso me sobra. Ojalá lo hubiese sacado más en vez de mostrar una paciencia que no tenía y que me comía por dentro a veces.
Gracias verano y gracias invierno. Gracias instinto. ¡Y gracias tecnología, te adoramos!

Gracias Papá, Mamá, mi Tutin y familia. Gracias a una amiga que todos los días desde Agosto, sin fallar ni uno sólo, ha estado demostrando más que nadie su amistad. Gracias a todas las personas (dos en concreto que no precisan ser nombradas) que han estado al pie del cañón y que eran conscientes del problema. Gracias a dos amigos que me han acogido en su casa durante muchos días, sacándome sonrisas y obligándome a comer. Y gracias a una persona que acabo de conocer que incluso en estas circunstancias demuestra ser una mujer de los pies a la cabeza. Gracias, de corazón.

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