Estoy
inserta en un círculo vicioso. Hay personas que me quieren convencer, pero es
que yo ya no quiero escuchar a las personas, me quiero escuchar a mí. Aunque
claro, así me pasa siempre. Solución, ¿qué obtengo? NADA. Obtengo nada y me defrauda, me defrauda enormemente
por mi parte porque siempre sé la verdad o busco la lógica. Aunque a veces no
encuentre ni una ni otra, o, a pesar de que la veas, la ignoras. Piensas que
cambiarás algo. Infinito. Lo que sí sé y lo que sí tengo claro, es lo que
quiero, pero es que de repente parece que no. Y eso sí que me pone histérica.
Veintitrés años segura de todo, ¿y ahora dudo? Pero por favor, ¿qué broma es
ésta? ¿Alguien se lo está pasando bien? ¿Dónde está la cámara oculta? Por
favor, que baje alguien a explicármelo porque yo no entiendo NADA. Para no arrepentirme,
dejaré las cosas claritas de ahora en adelante, puesto que poco a poco me estoy
dando cuenta de que todo puede suceder. A veces hasta tirito de la rabia que me
consume, ¿quién soy ahora? ¿A qué vienen estos momentos filosóficos y este
patetismo? Esto no trae nada bueno porque esta situación ni me gusta ni me deja
bien.
Soy
bipolar. Lo he deducido. A veces me da una risa que duelen los abdominales que
no tengo y otras veces me invade una pena enorme. Y es que no sé cómo
expresarme para que me entiendan los demás, aunque a lo mejor ni quiero que me
entiendan. Quiero aprovecharme y lanzarme a la vida pero tengo miedo de lo que
pueda pasar. ¿Qué va a pasar? Para muchos la respuesta es obvia. No, en serio,
¿qué pasará? NADA.
Seguramente nada, y total, si pasa, pues también se pasará, como todo en esta
vida. Olvidar es la alternativa correcta. Pero con lo que he vivido, con lo que
he sentido y escuchado, con las situaciones que he presenciado, es complicado
avanzar en este estado y tomar una decisión. Y es que, las decisiones las tengo
que tomar por mí misma. Y me cuestiono, y me cuestiono todo el rato y me quedo
en las mismas, dejándome vencer y mirar un techo blanco esperando (metafóricamente) a que se escriba por
arte de magia lo que tengo que hacer. Y eso que a mí nunca me ha gustado que me
dijesen lo que tengo que hacer ni espero que lo hagan. Necesito respuestas y
sentirme segura. Y no tengo ni una ni otra, siempre sucede lo que nunca espero,
intento pensar lo mejor (o lo peor), y claro, lo bueno no es lo que
ocurre, esto no es una película, por lo que, obviamente, aquí se arruina toda
la diversión. Que es NADA.
Este es
el maldito problema que me está asfixiando. Se llama INSEGURIDAD. ¿Hola…
Qué haces aquí? Me lo pregunto a menudo, porque yo había oído hablar de
ella pero no estábamos familiarizadas hasta que, bueno, es indiferente; pero
que ahora está interactivando con todas las partes de mi ser y no es plato de
buen gusto. Por favor, suplico o ruego tener respuestas, que es que soy
periodista, que estoy ávida de información y no tengo NADA. Que se encienda la luz de mi lámpara de noche y que
entre la noche y la luna discutan el tema y me quede todo claro. Empiezo a
pensar que tengo el alma perjudicada, aunque con esto de la reciente
bipolaridad este tipo de pensamientos vienen y van, vienen y van.
Me
duele, duele como la misma NADA.
Y a veces sí y otras no, y ahora no sé ni qué decir ni qué escribir, se me han
ido las ganas de seguir expresando el patetismo y la estupidez que me rodean.
Ojalá que esto se olvide rápido como las cosas anteriores o como los apuntes de
Deontología Profesional, o Márketing aplicado al Periodismo, o las Sociales o Matemáticas de 4º ESO. Que al menos en eso sí soy buena, en
olvidar. O eso me creía yo, porque últimamente creo que no soy buena en NADA. Como en los sentimientos,
que tampoco controlo ni soporto NADA.
Será culpa mía, como todo. Será culpa del frío. O culpa de nada o de nadie.
¿Seré yo?
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