La vida es muy muy corta. La mayoría de las veces gastamos el tiempo con
las personas que no son las correctas, las idóneas, vamos, sí, que son las
equivocadas y esto no nos permite ser feliz. No se nos permite avanzar en ese
estado. Quien te quiera en su vida hace lo posible para hacerte un espacio en
ella sin necesidad de que luches eternamente. No tenemos que quedarnos con las
personas que nos ignoran constantemente, puesto que no nos brindan nada. Llega
un momento en la que debemos alejarnos de los dramas que no tienen motivos y de
la gente que los provoca.
Que lo que tenemos que hacer es rodearnos de personas
que nos hacen reír tan fuerte que olvidamos lo malo (por al menos unos minutos)
y nos enfocamos únicamente en lo bueno, esa gente que te quiere, te aprecia, te
tratan bien y arreglan las cosas dialogando. Sin embargo deberíamos valorar a
aquellas personas que, aparte de acompañarnos en los mejores momentos, siempre
están a nuestro lado en los peores. No hay que elegir a las personas más
bonitas del mundo, sino a las personas que hagan más bonito tu mundo; que la
vida es demasiado corta para ser otra cosa que no sea ser FELIZ.
Yo sé de dónde, ni cómo ni por qué, pero empiezo a tener y sacar de mi
fé, pero... ¿Es una fe sincera la fe que no actúa? La verdadera generosidad
para con el futuro consiste en entregarlo todo al presente. La vida en tiempo
se vive. Tu eternidad es ahora. Porque luego no habrá tiempo para nada.
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