Ejemplar Charlie Hebdo 14 enero |
Charlie Hebdo: el periódico que todo el mundo deseaba esta
mañana y sólo unos pocos hemos podido adquirirlo, puesto que a las 7.45 de la
mañana no quedaba ningún ejemplar en todo París. Con una tirada de cinco millones,
ha sido traducido a dieciséis lenguas además de exportarse a países
occidentales.
Pancarta manifestación 11 enero |
Hoy se cumple una semana del atentado terrorista a la
redacción por parte de dos hermanos yihadistas Kouachi, debido a una publicación
ofensiva en 2012. Cuando en París, muchísima población es árabe, musulmana e
islámica, no dudé en preguntar y, sin embargo, nadie defendió el atentado: “en serio, ¿quién se acordaba de esa
publicación de hace tres años?”, “esto
ya no es que defendamos una religión, esto es terrorismo, no hay quien defienda
eso”, “antes de ser francés, español,
católico, musulmán o judío, somos personas. Somos seres humanos. Esto es una
injusticia”. Y es que, el atentado no sólo se cobró la vida de los
periodistas, sino también de policías y agentes de seguridad, además de la
inestabilidad y miedo que sienten actualmente los ciudadanos judíos y
musulmanes.
"Somos Charlie y somos libres" |
Tras el atentado, se han llevado a cabo marchas ciudadanas y
republicanas en la capital francesa, para demostrar la solidaridad con Charlie
Hebdo y es resto de víctimas: de hecho, yo asistí a la manifestación del
domingo 12 de enero, celebrada en Place de la République. Más de un millón y medio de personas de diferentes
nacionalidades se agruparon para denunciar al terrorismo y defender la libertad
de expresión (sólo en París, en otras ciudades se llegaron a registrar 2,5
millones). En el trayecto, el metro era una misión imposible: la gente no cabía
y realmente íbamos como sardinas en lata.
Salida de metro Strasbourg St-Denis |
Cuando uno quería salir, teníamos que
gritar para “medio-intentar” hacer hueco en ese caos, y a su salida se gritaba
cuántas plazas quedaban libres (cuántas personas habían salido) y así saber
cuántas podían entrar: eso no se he visto ni en el metro de Japón. Aquellos que
salían nos deseaban “courage!”
(ánimo/valor). El problema fue cuando nos avisaron de que la parada de metro de
République (la que correspondía con el lugar de la manifestación) estaba
colapsada y la habían cerrado, por lo que tuvimos que bajarnos una parada
antes, donde toda LA MASA decidió acompañarnos. Salir del metro se convirtió en
una verdadera cruzada, puesto que éramos cientos de personas embotelladas
intentando grabar, sacar fotos, dándonos la vuelta para ver cuántos éramos.
Tras
veinte minutos bajo tierra, salimos para darnos cuenta de que, la gran multitud
estaba fuera.Bandera (facilitada por Verónica Lawson) |
Una de las cosas que más me emocionó nada más salir fue
escuchar a todos los presentes entonar el himno francés (La Marseillese), que
tiene una letra preciosa. Sentí lástima porque, lamentablemente, nosotros
españoles jamás podremos cantar nuestro himno. Qué decir acerca de la
cobertura: ya podía ser el apocalipsis porque no tuvimos línea desde las 14.30
hasta las 19.00, por lo que fue imposible llamar o compartir a través de las redes
sociales. La red estuvo colapsada durante toda la tarde debido a la gran multitud en la zona.
Padre e hijo |
Por suerte nos hizo sol y no se convirtió en una manifestación pasada
por agua, por lo que decenas de banderas francesas ondeaban al viento, muchas
de ellas con el eslogan “Je suis Charlie”, otros simplemente
llevaban pancartas sobre la libertad de expresión o derechos, otros lápices
enormes… El disgusto y el dolor se habían unido y se mascaban ese domingo. El
ambiente además era realmente multicultural y había gente de todas las edades:
desde padres que sostenían a sus hijos pequeños a hombros y los pequeños con
carteles que rezaban “Je suis Charlie”, jóvenes que reivindicaban sus derechos,
gente de avanzada edad quejándose del legado que les dejan a sus nietos…
Panorámica de la manifestación |
Lápices "franceses" que son la vida |
Place de la République |
Hará poco menos de un mes que publiqué a través de Facebook
e Instagram de la plaza parisina y aseguro que no tenía nada que ver un
panorama con el otro: cientos de personas alrededor y decenas de ellas subidas a la escultura monumental,
con diferentes banderas y pancartas. La estatua que representa a la igualdad
presentaba una cruz negra en spray en su boca. Los jóvenes gritaban “VOUS
ÊTES QUI?” (¿quiénes sois?) a lo que el gentío de abajo respondía “CHARLIE!”.
Me sería imposible describir lo vivido aquel día: las manifestaciones siempre
me han agobiado y no he simpatizado con ellas.
Una chica se dio la vuelta al
vernos hablar y nos dijo en francés “gracias por venir desde tan lejos” a lo
que la contesté “vivimos aquí”, ella sonrió tristemente y respondió “os he oído
hablar español, pero igualmente gracias. Nos honra que extranjeros que viven
aquí se sientan parte de nuestra sociedad y nos acompañen también en los malos
momentos”.
Chica con pancarta "hippie" |
Lamentablemente, el gobierno francés con otros muchos presidentes europeos no quisieron apoyar abiertamente la manifestación, sino que lo hicieron aparte. Los reyes y la plebe nunca se han dado la mano. Francia demostró sin duda ser un gran conjunto en esta situación. Como lo fuimos nosotros aquel fatídico 11-M. Qué lástima que sólo nos demos cuenta de lo poderoso que es un pueblo en este tipo de situaciones y de lo duros que pueden resultar nuestros mensajes.
Los carteles se agitaban, las voces se alzaban más y más y
nosotras acompañábamos a un París levantado cantando su himno. Ahora somos
parte de Francia y también me honra decirlo.
Agradecer a mi prima, Verónica Lawson-Vilches por la foto facilitada (la bandera francesa con el eslogan "Je suis Charlie" y la siguiente.
Porque yo también soy Charlie |
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